El hablar de esta peculiar zona del globo terráqueo siempre tiene múltiples connotaciones y más cuando nos hemos dejado influenciar por una buena dosis de propaganda del lado Occidental.
Particularmente, cuando escuchamos hablar de Túnez, se nos viene a la mente un país africano que en muchas ocasiones, está asociado a la zona de Oriente Medio, aunque para muchos esto no es así.
Este país, que colinda con el Mar Mediterráneo al norte, con Libia Argelia a los lados, es el hogar de Myrath, banda que recién se presentó hace unos cuantos días en CDMX con un espectáculo que nos transportó a esta región del mundo por hora y media que duró el concierto.
A ellos, se les unió BMR directamente de Zapotlanejo, Jalisco; mientras que Anima Tempo hizo lo propio, previo a la llegada de Myrath al escenario del Foro 28.
Con una gran actitud de “prender” a los asientes, Adolfo Torres y BMR mostraron que se puede hacer un metal bien hecho y cantado en español, mientras que Anima Tempo dejaron sorprendidos a mucha gente con su virtuosismo y potente combinación de voces.
Luego de estos dos extraordinarios sets, tocaría el turno de Myrath ya entrada la noche. Y es que la espera por este grupo estaba desde finales del año pasado, pero diversos temas como visas de trabajo, entre otros, provocaría que llegaran hasta el mes de abril, aunque la espera valió completamente la pena.
Myrath, que su traducción del árabe ميراث significa Legado, mostró un show verdaderamente sin igual, prevaleciendo el sonido de la guitarra y batería, además de la potente voz de Zaher Zorgati y una bellydancer realmente cautivadora y quien apareció en diversos momentos del show.
Pese a que el jetlag ya comenzaba a afectarlos, Zorgati se mostró sumamente contento por tocar en México, agradeciendo las diferentes muestras de cariño de todos los asistentes.
Poco más de una decena de canciones fueron las encargadas de manejar la noche, sobre todo dando prioridad a Shehili, álbum lanzado antes de la pandemia y que por obvias razones no pudieron tocar como se esperaba.
Incluso, nos deleitaron con material nuevo, por lo que Zorgati pidió que no se grabara y se subiera a redes, aunque -porque México- no todos hicieron caso.
“Como vemos y escuchamos en la noticias mundiales siempre dan la mala imagen y el lado equivocado de Mexico al mundo. Pero me gustaría decirles que vi con mis propios ojos que no es solo un país de lujo, criminalidad y narcotráfico. Es un país de mucha historia y cultura. Es un gran país no solo por sus playas en Cancún o Playa del Carmen, es grande por su propia gente, el amor por la alegría de vivir, por su infinita hospitalidad, gente de sonrisa y amabilidad. ¡Muchas gracias!” recitó Zaher para acto seguido, dar paso a Beyond the Stars, hermosa canción que combina canto en inglés y árabe.
Hubiera sido genial que se hubiera escuchado un poco más Kevin Codfert, encargado de los teclados y quien metía toda la programación de música árabe, la cual apenas resaltaba y que en piezas como Believer es fundamental.
El grupo tocó un par de canciones más y gracias al gran animo del público, volvieron a salir para tocar una canción más y tomarse la respectiva fotografía con la audiencia.
Gran cierre en un concierto verdaderamente entrañable que seguramente se repetirá en algún momento de los años venideros.